La desaparición de las cookies no significa quedarse sin pistas: es la excusa perfecta para construir una base de datos propia que te haga independiente y más valiosa. Empieza por pensar en tus usuarios como contactos, no como identificadores anónimos: emails, perfiles con login, preferencias explícitas y eventos de producto son la nueva moneda. Si ofreces algo claro a cambio —una guía útil, descuento o experiencia personalizada— la gente comparte sus datos con gusto.
Pon en marcha capturas consentidas y simpáticas: formularios cortos en puntos clave, pop-ups bien diseñados que aporten valor y micro-conversaciones en el producto que conviertan interacciones en señales accionables. Implementa trackeo server-side y puntos de entrada omnicanal (web, app, tiendas físicas) para que cada interacción vaya a tu CRM o CDP. Primeros pasos: identificar momentos de alto valor, diseñar el intercambio de valor y automatizar la captura.
Una vez tengas datos, enriquece y segmenta: unifica en una única vista de cliente, añade scoring por comportamiento y marca flags de consentimiento para mantenerlo todo legal y útil. Prueba mensajes personalizados, mide respuestas y aprende rápido: la ventaja es iterativa —cada campaña alimenta mejor segmentación y mejores experiencias.
El roadmap realista: prioriza acciones de alto impacto y bajo coste, automatiza flujos de bienvenida y recuperación, y vincula resultados a métricas de negocio como LTV. En resumen: menos dependencia de terceros, más control sobre tus audiencias y campañas que realmente hablan como humanos. Empieza hoy y conviértelo en tu ventaja competitiva.
Imagina la IA como tu estudio de ideas: te devuelve bocetos, variaciones de copy y pruebas visuales en segundos, pero la intuición para elegir el rumbo sigue siendo humana. Afina tu prompt con contexto, objetivo y tono; pide versiones extremas (muy conservadora y muy disruptiva) y deja que el proceso de prueba te muestre qué chispa conecta con la audiencia.
Nunca lances un único creativo a la batahola del mercado: monta micro-experimentos —títulos, imágenes, oferta— y mide resultados reales. Si necesitas acelerar la validación, combina creatividad asistida por IA con un empujón de distribución controlado: mejor forma de conseguir views en YouTube, así recoges señales claras en días y no en semanas.
Aprende como si fueras un científico creativo: etiqueta cada variante con la hipótesis que probabas, automatiza la recolección de datos y deja que la IA sugiera iteraciones basadas en patrones de rendimiento. Importante: la máquina sugiere, tú interpretas. Tu criterio decide qué escalar y qué abandonar.
Cuando detectes combinaciones ganadoras, escala con control: plantillas editables, reglas de exclusión para proteger la voz de marca y ciclos de testing continuos. La IA te permite batchear, localizar y adaptar formatos rápido; tú pones las prioridades y transformas los aprendizajes en playbooks que funcionan una y otra vez.
En el feed moderno no hay tiempo para ceremonias: tienes 3 segundos para conquistar, no para explicar. Eso significa que todo lo que ocurre antes del primer swipe —el primer fotograma, el sonido inicial, la postura del protagonista— decide si tu anuncio será amado o ignorado. Piensa en esos tres segundos como el titular más caro de tu campaña.
Empieza con una imagen que obligue a mirar: contraste alto, una cara con expresión marcada o movimiento inesperado. Evita logotipos gigantes al inicio; la gente quiere conflicto, curiosidad o beneficio inmediato. Añade subtítulos grandes y claros porque la mayoría consume en silencio, y optimiza para vertical: llena el encuadre y elimina el ruido visual.
Construye el microrelato en 15 segundos usando esta fórmula: gancho + promesa + prueba rápida. Gancho = pregunta provocadora o escena rara. Promesa = qué gana el espectador. Prueba = testimonio breve, antes y después o un dato sorprendente. Cierra con un micro CTA que invite a mirar más, no a leer un contrato.
En producción, recorta lo innecesario: jump cuts que aceleran, sonido de impacto en el segundo 1 y texto animado que refuerce el mensaje. Haz dos versiones: una con voz, otra pensada para mute. Usa música que marque tempo y colores que funcionen en miniatura para destacarte en feeds saturados.
Mide la reacción por retención en los primeros 3 segundos y replica lo que funciona. Reutiliza escenas ganadoras en distintos formatos y escalas. Si ajustas copy, ritmo y visuales con datos reales, esos 3 segundos dejaran de ser una sentencia y se convertirán en tu ventaja competitiva.
Los creadores ya no son un extra; son el canal que traduce mensajes en confianza. La confianza vende porque reduce fricción: testimonios auténticos, reviews en vídeo y contenido generado por usuarios convierten mejor que banners pulidos. Al usar micro-influencers con audiencias nicho consigues señales sociales reales y CTRs más altos que generan un CAC más bajo. Esto traduce intención en compra y acelera el ciclo de ventas.
Para exprimir ese poder, conviene pagar por rendimiento y ofrecer marcos creativos claros: brief corto, CTA explícito y libertad para adaptar el lenguaje. Experimenta con pagos mixtos (fijo+bonus por KPIs), prueba formatos cortos y verticales, reutiliza los hooks que funcionan y negocia derechos de reutilización para convertir piezas orgánicas en anuncios con bajo costo de producción.
Mide distinto: más allá del último clic, haz pruebas de incrementalidad y controla cohortes para ver el impacto real en LTV. Usa UTMs, atribución por ventanas relevantes y pívota a audiencias lookalike desde listas de usuarios reales para escalar sin perder eficiencia. Si necesitas impulsar esa presencia en Instagram, prueba impulso Instagram como punto de partida y valida creativos antes de subir presupuesto.
Checklist rápido: diversifica creadores, prioriza autenticidad sobre scripts perfectos, convierte el mejor UGC en formatos pagados y automatiza informes creativos. Mantén relaciones a largo plazo: los creadores recurrentes bajan el CAC porque conocen tu producto y elevan el ratio de conversión, y eso reduce desperdicio de ad spend. Al final, el futuro de la publicidad es humano, y eso se aprovecha hoy.
El boom de retail media y CTV no es solo ruido: son escaparates donde la intención de compra ya está programada. Las marcas que combinan el funnel propio de los retailers con la escala emocional de CTV ganan conversiones más rápidas y datos de valor: inventario, búsquedas y comportamiento de visualización se convierten en señales para empujar ofertas relevantes en el momento justo.
Para exprimir este mix prueba tácticas concretas y medibles:
Empieza con pruebas cortas: creativos verticales para CTV, anuncios de producto con CTA directo al carrito, y reglas de frecuencia que eviten fatiga. Usa datasets first‑party del retailer para alimentar lookalikes y prioriza KPIs de negocio (AOV, tasa de conversión) sobre métricas vanidosas. Y si quieres acelerar la ejecución, visita pedir LinkedIn impulso para ver opciones prácticas de amplificación.
Aleksandr Dolgopolov, 19 November 2025