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El email marketing no está muerto lo estás haciendo mal (y vamos a arreglarlo)

Deja de gritar en el asunto: 7 fórmulas que sí abren correos

Deja de pensar en el asunto como un altavoz: es una llave. Si gritas todo el tiempo —MAYÚSCULAS, signos de exclamación, promesas vacías— la gente aprende a ignorarte. Aquí tienes fórmulas concretas y probadas para abrir correos sin pagar por atención: pequeñas apuestas que despiertan curiosidad, ofrecen valor o activan urgencia real y medible.

"¿Puedes ayudarme con X?" —Humaniza y pide participación; funciona en newsletters colaborativas o encuestas rápidas. "Tu resumen semanal: X en 2 minutos" —Promesa de tiempo y valor. "Solo para suscriptores: X gratis hoy" —Exclusividad tangible mueve la aguja cuando el beneficio es claro.

"X que solucionan Y en 24h" —Especificidad y plazo; ideal para casos prácticos. "3 cosas que quizá no sabías sobre X" —Curiosidad + número corto = clic. "Tu opinión: ¿A o B?" —Interactivo y excelente para reactivar lectores fríos. "Resultado: X (tu nombre incluido)" —Personalización simple que sigue sorprendiendo.

No son fórmulas mágicas; son herramientas: prueba A/B, adapta el vocabulario de tu audiencia y mide la tasa de apertura y conversión. Empieza con dos versiones, envía a una muestra pequeña y deja que los datos decidan. Menos grito, más promesa clara: ese es el secreto para que abran y, lo más importante, lean.

Lista limpia, ventas vivas: cómo depurar y segmentar sin dolor

La limpieza de tu lista no es un castigo: es una inversión que devuelve ventas. Si tus envíos terminan en silencio y tus tasas de apertura parecen una broma, no necesitas más creatividad en asuntos, necesitas menos contactos dormidos. Empieza por identificar rebotes duros, direcciones inválidas y suscriptores que nunca interactúan; cada contacto inválido le resta reputación a tu remitente y ahoga la entrega de tus mensajes valiosos.

Paso práctico: automatiza tres filtros básicos. 1) Saca los rebotes duros inmediatamente y retrasa los rebotes suaves hasta 3 reintentos. 2) Marca y suprime a quienes se dieron de baja o denunciaron spam. 3) Ejecuta una serie de re-engagement de 3 correos para inactivos —plazo sugerido: sin apertura en 90 días— con una oferta clara o una encuesta; si no responden, bórralos o muévelos a un archivo frío.

La segmentación es donde conviertes limpieza en ventas. Divide por comportamiento: recientes (últimos 30 días), frecuentes (varias interacciones en 90 días), y fríos (sin actividad 90–180 días). Añade etiquetas por intención: carrito abandonado, bajada de precio en favorito, visitante recurrente. Una regla simple: personaliza el mensaje según la última acción, no según lo que crees que debería gustarles. El resultado: contenidos más relevantes, menos quejas, más clics.

Mide y automatiza: configura flujos que muevan contactos entre segmentos según su comportamiento y ajusta la cadencia con pruebas A/B en asunto y frecuencia. Controla entregabilidad, tasa de apertura, CTR y conversión por segmento, y calcula ingresos por suscriptor. Empieza limpiando 5–10% de tu lista test, compara resultados y escala: pocos contactos correctos valen mucho más que miles muertos.

Contenido que se siente humano: escribe como una persona, vende como un pro

Si tus correos suenan a comunicado institucional, nadie se va a enamorar: se marcarán como leídos y seguirán con su vida. Cambia el tono por uno conversacional: imagina que le escribes a un amigo que necesita lo que ofreces, no a una base de datos. Usa frases cortas, preguntas directas y una pizca de humor; eso humaniza y prepara el terreno para vender sin que parezca venta agresiva.

Estos micro-hacks funcionan hoy mismo: empieza con una línea que intrigue, cuenta una mini-anécdota de 2–3 frases y luego muestra el beneficio claro. Evita jerga técnica y sustituye listas kilométricas por una sola promesa poderosa. Para que lo recuerdes, prueba esto:

  • 💬 Apertura: escribe una primera frase que sea conversación, no titular.
  • 🚀 Beneficio: explica qué gana el lector en una frase concreta.
  • 👍 CTA: pide una acción simple y específica, como responder o clicar un enlace.

Vender como un pro no significa sonar frío: combina historias breves, prueba social honesta y una oferta clara. Segmenta según comportamiento, prueba asuntos y mide respuestas, no solo aperturas. Tu tarea ahora: escribe tres versiones de un correo siguiendo el esquema apertura-beneficio-CTA, envía una prueba y mejora según la que genere más respuestas. Pequeños cambios, voz humana y medición: eso reaviva cualquier estrategia de email.

Automatizaciones que acarician, no atosigan: flujos que convierten

La magia de una automatización no está en disparar más correos, sino en acariciar: mensajes que llegan cuando importan, con tono humano y sin parecer un robot con complejo existencial. Empieza por preguntas simples: ¿qué espera el usuario?, ¿qué problema solucionas ahora? Diseña micro-flujos que respeten ritmo y atención, y que conviertan sin ahogar.

Segmenta por comportamiento y desencadenantes reales —compra, interés, abandono— y prioriza relevancia sobre frecuencia. Implementa reglas de cadencia y usa personalización práctica (nombre, producto, fecha) para que cada email parezca escrito a mano. Aquí tienes tres micro-flujos fáciles de probar:

  • 🆓 Bienvenida: Cadena de 3 mensajes en 10 días con promesa clara, demostración y prueba social.
  • 🚀 Recuperación: 2 recordatorios escalonados + oferta suave si el carrito sigue abandonado a las 48 horas.
  • 💬 Reactivación: Encuesta corta seguida de incentivo si no abre en 60 días para recuperar interés.

Si quieres acelerar con plantillas listas y tests A/B sin perder tiempo, echa un vistazo a barato YouTube servicio de impulso, donde puedes tomar ideas y adaptarlas rápido a tus audiencias.

Mide lo que importa: CTR y conversión, pero también respuestas y sentimiento. Prueba una variable por vez, reduce fricción en el camino a la compra y respeta el opt‑out: acariciar también es saber cuándo parar. Con flujos cortos, humanos y medibles, tus automatizaciones dejarán de atosigar y empezarán a convertir.

Mide lo que importa: métricas de verdad y cómo mejorarlas en 14 días

Deja de coleccionar métricas bonitas y empieza a medir las que afectan tus ventas. Si tu dashboard te pone bien los opens pero no hay clientes, estás midiendo por estética. Aquí van las métricas de verdad y cómo moverlas en 14 días.

Las imprescindibles: Tasa de entrega (inbox vs bounce), Tasa de apertura real (apertura única limpia), Tasa de clics (CTR), Tasa de conversión (CVR), Ingresos por envío (RPR) y Salud de la lista (bounces, bajas, quejas). Olvida los opens inflados y los rankings vanidosos.

Audita en 48 horas: exporta los últimos 90 días, calcula promedios por campaña, segmenta por recencia y valor, revisa entregabilidad con una lista de prueba y comprueba SPF/DKIM/DMARC. Define benchmarks claros para cada métrica.

Días 1–3: arregla lo técnico (autenticaciones, IP, reputación) y pausa envíos masivos a fríos. Días 4–7: limpia rebotes, baja inactivos y lanza una campaña de reenganche. Días 8–14: ejecuta tests A/B en asunto, preheader, horario y CTA; amplifica lo que funcione.

Tácticas que mueven la aguja: personaliza asunto y preheader, reduce la fricción de conversión con una sola CTA clara, optimiza para móvil, añade un centro de preferencias y ofertas segmentadas. Mide ingresos por envío por segmento, no por ego.

Aplica esto y comprueba tus métricas cada mañana: verás mejoras reales en dos semanas. No es magia, es disciplina y datos; haz el experimento de 14 días y vuelve con los resultados para iterar.

Aleksandr Dolgopolov, 22 November 2025