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blogEl Email Marketing…

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El email marketing no está muerto estás usándolo mal (haz esto)

Asuntos que sí se abren: fórmulas irresistibles sin caer en spam

Los asuntos son la puerta de entrada: si no hacen abrir, todo lo demás queda muerto en la bandeja de entrada. La clave no es gritar más fuerte, sino prometer algo real y entregarlo. Evita palabras que disparan filtros (GRATIS, ¡COMPRA YA!, $$$) y olvida las mayúsculas completas y los signos excesivos; en su lugar, sé específico, honesto y despierta una emoción o curiosidad que merezca un clic.

Prueba fórmulas cortas y medibles: número + beneficio ("3 trucos para abrir más correos"), personalización suave ("María, tu resumen semanal"), pregunta que despierta curiosidad ("¿Por qué tu newsletter no convierte?"). Mantén 35–50 caracteres cuando puedas, usa un preheader que complemente el asunto y segmenta por interés: un buen asunto para todos rara vez funciona.

  • 🤖 Curiosidad: Una pregunta o frase que crea tensión informativa sin ser clickbait.
  • 🚀 Beneficio: Promete un resultado claro y rápido, ideal para lectores ocupados.
  • 💥 Personalización: Usa nombre, comportamiento o dato útil para hacer el asunto relevante.

No olvides medir: A/B testea asuntos en pequeñas muestras, compara aperturas y clics, y limpia listas inactivas. Si algo funciona, replícalo con variaciones; si no, cambia el ángulo, no la promesa. Con asuntos pensados y pruebas constantes, tu email deja de ser "spam" y vuelve a ser la herramienta rentable que solía ser.

Segmentación con propósito: envía el mensaje correcto a la persona correcta

Deja de mandar el mismo correo a toda tu lista como si fuera una invitación genérica a una fiesta aburrida. La segmentación con propósito es decidir quién recibe qué mensaje, por qué y cuándo, para que cada apertura tenga sentido. Empieza por preguntas sencillas: ¿qué comportamiento reciente mostró el suscriptor? ¿qué valor busca? ¿en qué etapa del cliente está?

Organiza tus segmentos con datos accionables: compras, clicks, visitas a páginas clave, nivel de interacción y fuente de alta captación. Combina esas señales para crear micro-segmentos con una oferta concreta y un objetivo medible —menos ruido, más respuestas. Si necesitas acelerar pruebas y ver resultados en acción, prueba recursos de impulso como Telegram servicio de impulso para validar asuntos y creativos en públicos similares.

Ahora traduce cada segmento en un mensaje único: asunto personalizado, preheader específico y el llamado a la acción que responda a su necesidad. Usa bloques dinámicos para mostrar el producto más relevante, testimonios según la industria y tiempos de envío que respeten la zona horaria y el ciclo de compra. Pequeños cambios —un asunto distinto, un botón distinto— multiplican la conversión cuando apuntan al público correcto.

Por último, mide con intención: tasa de apertura, CTR por segmento, conversión y churn. Apuesta por tests A/B entre micro-segmentos y documenta resultados para replicar lo que funciona. Segmentación con propósito no es técnica elegante, es economía de atención: gasta menos correos y consigue más ventas. Haz la prueba: segmenta, envía, mide y repite.

Automatizaciones humanas: flujos que convierten sin parecer robots

Las mejores automatizaciones suenan humanas porque se diseñaron para imitar conversaciones reales, no cadenas de robots. Empieza por definir la emoción que quieres provocar: alivio, curiosidad o urgencia amable. Luego crea micro-momentos: saludos con nombre, timing que respeta la vida del suscriptor y líneas de asunto que invitan a abrir sin gritar.

Configura reglas basadas en comportamiento (clics, visitas, compras) y evita flujos lineales: branch según respuesta. Usa retrasos variables y plantillas con tokens personalizables para que cada mail parezca escrito a mano. Si necesitas amplificar tu alcance social mientras nutres leads, prueba a comprar TT followers con entrega exprés como complemento estratégico.

Escribe como una persona: frases cortas, CTAs conversacionales y un tono que admita respuesta. Incluye opciones de respuesta clara («¿Quieres más ideas?») para provocar interacción real. Automatiza el traspaso a un humano cuando el suscriptor responda o muestre intención de compra, y ofrece siempre una salida fácil del flujo.

Mide lo que importa: tasa de respuesta, conversiones post-reply y retención a 30/90 días. Prueba variantes A/B de tiempo, texto y remitente; lo que parece "mágico" es solo iteración constante. Con un flujo humano y datos reales, tus automatizaciones dejan de sonar a robot y empiezan a vender.

Diseño mobile-first: plantillas ligeras que se leen y se clican

Las bandejas de entrada están llenas y el dedo pulgar no tiene paciencia: la mejor manera de ganar atención hoy es con plantillas que se lean en dos segundos y se clicen sin esfuerzo. Piensa mobile-first: una sola columna fluida con max-width razonable (p. ej. 600px para escritorio y width:100% en móvil), encabezado mínimo y un preheader que diga lo que importa. Menos adornos, más intención.

Desde lo técnico: usa imágenes optimizadas (WebP cuando sea posible), width:100% y height:auto para que se ajusten, y evita cargar fuentes web pesadas. Empaqueta estilos inline, reduce la especificidad y minifica el HTML: cada kilobyte cuenta. Mantén el email por debajo de ~100 KB para mejorar la entregabilidad y la velocidad de renderizado en clientes lentos.

Diseña pensando en dedos, no en cursores. Botones con touch target cómodo (aprox. 44x44 px), CTA primario visible por encima del pliegue y solo 1–3 enlaces claros por envío. Usa contrastes altos, microcopys con verbos directos y alt text descriptivo en imágenes para quien navega con bloqueo de imágenes activado. La personalización está bien, pero no conviertas la plantilla en una app: menos variables, más claridad.

No te olvides de probar: previsualiza en clientes reales, revisa tiempos de carga y haz A/B con versiones ligeras vs pesadas. Mide aperturas y, sobre todo, clics. Si tu plantilla se carga rápido y el CTA es obvio, verás cómo suben las interacciones sin gastar más impresiones. Construye una versión mínima esta semana y corre un test: los resultados te convencerán.

Mide lo que importa: aperturas, clics y ventas sin humo

Las aperturas son bonitas para el ego pero pésimas como KPI si las tomas por verdad absoluta. Un usuario puede "abrir" por el preview o por la vista previa del móvil sin interactuar; los bloqueadores de imágenes y los proxies de privacidad falsean tasas. Prioriza la lectura real: clics que llevan a páginas con intención y, sobre todo, ventas atribuibles a tus envíos.

¿Cómo medirlo de forma práctica? Pon UTMs consistentes en cada enlace, registra el ID de campaña en la URL y haz que tu CRM capture el order_id en la página de confirmación. Con GA4 (o tu analytics favorito) compara cohortes de usuarios que hicieron clic versus los que no; mira conversiones 7–30 días para entender impacto real y no caer en picos anecdóticos.

También empata los clics con pruebas simples: una campaña A/B con variaciones de CTA y 1 control sin oferta te dirá si el email genera incrementos reales. Evita atribuciones mágicas: usa ventana de atribución clara, mide ingresos por suscriptor y calcula LTV de los segmentos que responden. Si no puedes medir ingresos, estás haciendo magia, no marketing.

Si necesitas acelerar la señal mientras arreglas el tracking, prueba un empujón complementario en redes con intención medible: Facebook servicio de impulso. Haz un diagnóstico rápido (30 días de envíos, tres métricas: clics, conversiones, valor por envío), corrige UTMs y repite. Lo demás es humo; las ventas son lo que cuentan.

Aleksandr Dolgopolov, 17 November 2025