El Email Marketing no está muerto: lo estás haciendo mal (y aquí te cuento cómo revivirlo) | Blog
inicio redes sociales valoraciones y reseñas mercado de tareas de e-task
carrito suscripciones pedidos reponer la balanza activar un código promocional
programa de afiliados promoción gratis
apoyo FAQ información opiniones
blog
public API reseller API
iniciar sesiónregistrarse

blogEl Email Marketing…

blogEl Email Marketing…

El Email Marketing no está muerto lo estás haciendo mal (y aquí te cuento cómo revivirlo)

Asuntos irresistibles: deja de gritar y empieza a intrigar

Los asuntos no son megáfonos: son ganchos. Si gritas "OFERTA 90%!!!" tu bandeja de entrada pasa de largo; si susurras una promesa rara, despiertas curiosidad. Aprende a intrigar sin traicionar tu marca.

Tres reglas rápidas: sé específico (qué gana el lector), crea expectativa (no lo cuentes todo) y usa números o tiempos cuando tenga sentido. Usa emoji solo si aporta personalidad; evita el clickbait barato: la decepción mata la relación.

Plantillas que funcionan: "X en Y minutos", "Lo que nadie te dijo sobre Z" o "Deja X en 7 días". Combina nombre propio, beneficio claro y un giro inesperado. Haz tres variaciones por campaña y prepara un test A/B sencillo.

Si quieres inspiración lista para usar y títulos probados por campañas reales, échale un vistazo a comprar Instagram impulso y adapta ideas a tu tono.

  • 🚀 Curiosidad: Plantea una pregunta que el lector quiera responder.
  • 🔥 Promesa: Di exactamente qué mejorará su día o su negocio.
  • 🆓 Urgencia: Añade un plazo real o beneficio limitado.

Pon en cola tres asuntos, manda a segmentos pequeños y mide apertura, clic y conversión. Cambia una palabra, analiza resultados y repite. Deja de gritar y conviértete en el mensajero intrigante que abren.

Segmentación real: de enviar a todos a hablarle a alguien

Deja de pensar que segmentación es una etiqueta bonita: es la diferencia entre que alguien archive tu email o te responda. Si tu mensaje parece un flyer masivo, nadie se siente especial. Cambia el chip: no mandes a todos, habla como si le escribieras a una sola persona.

Empieza sencillo y útil: divide por comportamiento (visitas a producto, carrito abandonado), por ciclo de vida (nuevo, activo, dormido) y por intención (buscó precio, leyó reseñas). Añade canal de origen (ad, social, orgánico) para entender contexto. No necesitas datos perfectos, necesitas reglas que puedas medir y mejorar.

Diseña flujos microsegmentados con copy y oferta distintos: 1) Interesados — asunto orientado a curiosidad y prueba social; 2) Compradores recientes — agradecimiento + upsell oportuno; 3) Dormidos — reenganche con incentivo claro y asunto personal. Adapta tono, imagen y CTA a cada segmento; la misma oferta, presentada distinto, convierte más.

En la práctica: etiqueta usuarios con triggers simples, mapea journeys cortos y activa automatizaciones con delays naturales. Usa tags dinámicos para personalizar y haz A/B tests pequeños por segmento: cambia asunto, primer párrafo o CTA y mide conversiones, no solo aperturas.

Haz tres segmentos piloto esta semana y mide lift en 30 días: menos ruido, mejores conversaciones. Pequeños experimentos repetidos ganan más que una gran campaña genérica. Empieza con un 1% de la base si quieres, pero empieza ya: tu bandeja y tus ventas te lo agradecerán.

Automatizaciones que venden mientras duermes (sin sonar a robot)

Las automatizaciones no son robots con voz metálica; son asistentes con personalidad que trabajan por ti. Empieza por mapear los momentos clave del cliente: cuando llega, cuando duda, cuando compra y cuando se olvida. Cada punto pide un mensaje distinto: no envíes la misma plantilla en bucle, escribe como si fueras un amigo útil, no una factura.

Diseña flujos básicos que realmente venden: una bienvenida cálida que ofrezca valor inmediato, un recordatorio de carrito con prueba social y urgencia suave, y un post-compra que convierta compradores en repetidores. Ajusta la cadencia: demasiado pronto asusta, muy tarde olvidas. Prueba ventanas de 1h, 24h y 72h según el comportamiento.

Humaniza cada correo: usa el nombre, menciona el producto o la razón por la que se interesaron y añade microcopias con humor o empatía. Mantén una voz coherente y short CTAs claros. Evita jerga técnica; imagina que explicas la oferta a una persona real con poco tiempo antes del café.

Mide lo que importa: ingresos por flujo, tasa de conversión y cancelaciones. A/B testea asunto y primera línea, no todo a la vez. Acción rápida: revisa tus 3 flujos más importantes, reescribe 1 correo con voz humana, programa una prueba A/B. Así tus automatizaciones venderán mientras duermes sin sonar a robot.

Contenido que se guarda: valor primero, promo después

Si quieres que tus correos dejen de ser basura más y pasen a ser correo que se guarda, piensa como alguien que colecciona recursos útiles: da algo que merezca una carpeta en su bandeja. Ofrece plantillas, mini-checklists, ejemplos listos para copiar o un truco que se pueda aplicar en cinco minutos. Cuando lo que envías se percibe como atajo o ahorro de tiempo, el usuario lo conserva y lo abre otra vez antes de comprar.

La fórmula que funciona es simple y práctica: abrir con valor concreto, añadir una micro-historia o caso real que lo haga memorable, y cerrar con una promo breve y directa. Cuida asunto y preview como si fueran el título de un libro: que prometan utilidad y cumplan. En el cuerpo usa subtítulos claros, bullets escaneables (aunque aquí no los pongamos) y una CTA única: que el lector sepa exactamente qué ganar y cómo hacerlo.

Convierte esas piezas en una serie "para guardar": envío 1 = plantilla, envío 2 = ejemplo aplicado, envío 3 = checklist y envío 4 = FAQ o respuestas a dudas. Reenvía a quienes no abrieron con un asunto diferente, segmenta por comportamiento y crea etiquetas: los que descargaron X entran en flujo A, los que respondieron entran en flujo B. Automatiza lo útil y mide aperturas y clics antes de subir la inversión en promociones.

Checklist rápido para aplicar hoy: ofrece algo 100% utilizable, hazlo escaneable y accionable, enseña antes de vender y termina con una promo que complemente lo gratuito. Prueba variaciones durante dos semanas, guarda lo que funciona y repite: así tus emails dejan de desaparecer y empiezan a generar ventas sin pedir permiso.

Mide lo que mueve la aguja: más allá de la tasa de apertura

La tasa de apertura es el selfie con filtro de tu campaña: bonito, pero no dice si nadie llamó después. Si tu objetivo es ventas, fidelidad o activar clientes dormidos, medir solo aperturas es como mirar el marcador del partido y olvidar el balón. Cambia la lupa: busca señales que realmente empujen ingresos y retención.

Empieza por definir KPI claros y accionables: CTR (clics), CTO (clics sobre aperturas), conversiones por enlace, ingresos por envío, y la tasa de re-compra de los usuarios contactados. Añade salud de lista (bounces, spam complaints) y métricas de engagement a largo plazo: ¿quién abre después de 30 días? Esa cohorte te dice si estás creando hábito.

En la práctica: etiqueta enlaces con UTM para atribuir ventas, monta embudos para seguir el viaje post-clic, y segmenta según comportamiento (clics, no-aperturas, compradores). A/B testea asuntos pero también ofertas, remitentes y horarios. Y si necesitas amplificar alcance social para potenciar prueba social y compartir contenido, mira opciones como barato Spotify impulso de visibilidad para probar sin romper la banca.

Checklist rápido: 1) asigna un KPI primario por campaña, 2) mide del clic a la caja, 3) limpia y reengancha tu base cada 90 días, 4) convierte métricas en acciones semanales. Mide lo que mueve la aguja y verás cómo ese canal vuelve a respirar (y vender).

05 November 2025